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Poesía de hace unos años

Hace tiempo

Hace tiempo que el café no es ya reconfortante.
Hace tiempo, también, que el viento no besa mi rostro,
mi rostro, que no besa las calles ni árboles,
hace tiempo que no admito no encontrar oxígeno.

Como quien admite una derrota sutilmente,
aunque no sea metáfora sino mentira,
he dejado mis pasos sonar en una habitación.
He dejado mi existencia en un agujero.

Tampoco veo amigos míos,
un acto de cobardía e idiotez;
la última vez me ha apuñalado su lucidez:
“Luces apagada hoy”.

Apagada
Como quien admite una derrota sutilmente,
como quien abandona la sonrisa en un recuerdo
y camina con las suelas gastadas de los años,
de una sombra que no abandona a la oscuridad.

Una sombra que se vuelve el techo
de una habitación con eco
en el que aún suenan los pasos,
de aquella abandonada yo.