Categories
Poesía

Me escucho

En el primer instante de silencio
me deshago.
Se acerca la noche y no hay presencia
si no la de un grillo ruidoso,
lo más constante del instante
con el viento maltrecho de fondo
alejando el habla.

Escucho.

Escucho hasta que pienso:
“Me vendría bien una charla”
Una charla con el pasado,
con la mesa llena de amigos
en algún restaurante
donde hablaríamos de sueños.

En el siguiente silencio me derrumbo.

Una charla con esos sueños,
con la que juraba que sería,
con la que moría por ser.
Una buena plática con todos los libros
que habíamos leído y por leer.

Una vuelta a atrás. La media vuelta
a cuando creíamos que podríamos vivir
siendo quienes somos,
porque en esta dirección no es cierto.

La melodía de la distancia me sonríe
y no entiendo si es malicia o ironía,
no entiendo si se burla o condesciende
mi nostalgia.

Poco hay para pensar.
Siento que todo pensamiento quedó atrás,
como si el sentir se hubiera marchado
al ritmo de las letras que dejamos de decir.
Siento que ya no hay nadie.

A veces parece que nada va a volver.
Que la audacia de mi mente se fugó
cuando me miró convertirme en quien soy,
poco a poco adhiriéndome a este mundo
sin sentido.

Me miro y me doy cuenta,
estoy lejos,
no hay reflejo,
me despegué tanto como lo pensé
de quien era y no comprendían,
mas no importaba,
porque ahora no comprendo yo.